Esta mañana mis pasos me llevaron a Solana de Torralba, una pedanía de Úbeda situada en la vega del Guadalquivir, a la cual se accede mediante una calzada de firme !!destrozado!! desde el Puente de La Cerrada.
Bajo el sol tibio del invierno, dentro de un portal, un hombre mayor hacía una labor con sus manos y unas fibras de cuerdas recicladas a buen seguro de otros menesteres. Su aspecto es tranquilo, sus movimientos precisos, su cuerpo sentado sobre la silla parece dar vida a un lugar tranquilo y silencioso. Caigo en la cuenta que la desesperación y la ansiedad que siento por mi tiempo no tienen lugar en el suyo, ello me obliga a reflexionar.
Ya había superado su altura cuando decidí parar y volverme.
Buenas tardes.
-Buenas tardes-.
Por favor, ¿que está usted haciendo?.
-Esparteñas-, contesto con la amabilidad y saber estar que tienen nuestros mayores.
¿Puedo tomarle una fotografía?.
-Si-.
Me gusta conocer oficios antiguos, las personas de mi generación ya no sabemos de ellos…
Tras mi afirmación sonrió y se apresuró a decirme que en su casa tenía mas objetos, que por favor le acompañara.
Con la ilusión de un chaval comenzó a mostrarme algunas de sus creaciones, recreaciones de edificios incluido su interior (algunos de su entorno) realizadas en madera y otros materiales, artesanías hechas en esparto (que aseguró era de la zona), motivos religiosos como un portal de Belén, carros, objetos y animales usados en las labores antiguas.
Él se muestra inquieto, queriendo resumir en un instante todo lo que atesora, para tranquilizarle le digo que volveré y que lo haré para que pueda contarnos como se trabaja el esparto, sus vivencias, anécdotas… Como en las grandes citas nos presentamos al final, tuve el privilegio de estar en compañía de D. Francisco Martínez Esquinas, según puede entender natural de Peal de Becerro, y muy orgulloso de haber sobrepasado los 92 años con entereza y salud.!Por muchos años amigo!.