Sobre los días y las formas II.

Estimados amigos y amigas de esta sección «Opinión del Autor», en esta ocasión tengo un impulso, algo no premeditado, tengo la necesidad de hablaros de las situaciones conflictivas, o por lo menos de mi óptica sobre los problemas, aquellos hechos inherentes a nuestras vidas, aquellos que en realidad no ponen nuestra vida en juego, pero parece que nos va la vida en ello, o simplemente nos afectan mucho.

Tropezar en la vida es normal, unas veces por nosotros mismos, otras veces por zancadillas, e incluso por situaciones inciertas. Es bueno buscar la responsabilidad de los hechos ocurridos, pero hasta cierto punto, entiéndase que lo importante es tomar nota de actuaciones y resultados, a sabiendas de que además es probable volver a cometer el mismo error por segunda vez, está en nuestra naturaleza, en nuestra curiosidad, en nuestro buscar datos, o simplemente en nuestra mala memoria, por ello es bueno decir «a la tercera va la vencida».

Todos los problemas tienen una primera fase, denominada de duelo, que puede ser mayor o menor en función del espacio temporal en el que sucedan los hechos, así como de la gravedad de los mismos. Esta fase es terrible, demoledora y solo terminará cuando se asuma la nueva situación, la clave esta en asumir lo mas rápido posible lo ocurrido, mientras tanto solo hay miedo, dolor y en algunos casos sentimientos muy perjudiciales.

La segunda fase, la de asunción que antes ya he comentado, nace del sentimiento de entender que algo ha ocurrido, que no ha sido una pesadilla, que es real, que no vas ha cerrar los ojos y va ha desaparecer, en este momento estas débil, pero ya te has levantado.

La tercera fase, la fase del Análisis, !analiza! la realidad de lo ocurrido, busca datos reales de la nueva situación, mira el alcance y sus posibles consecuencias actuales y futuras.

Por último una cuarta fase, la de la Búsqueda de soluciones, no quiero ser frívolo, pero si estamos hablando de problemas, os diré que todos tienen solución, mas compleja o mas sencilla, «hay que buscar el extremo de la madeja y comenzar a desliar…», sin olvidar una cosa: saber que hay solución genera consuelo, pero para resolver será necesaria tu energía, tu fuerza, tu empeño, así como un buen plan con todos los datos que puedas incorporar sobre la situación. Los problemas normalmente no se resuelven por si solos.

Nunca te des por vencido, no todas las soluciones que pongas en práctica darán resultado.

Y ahora yo que os escribo estas letras, debo confesarme, para mi lo mas difícil es salir de la fase de duelo…, su intensidad y duración en el tiempo se suelen prolongar mas de lo debido, algún día os contaré porque…

Un Saludo.
J.M.Escudero A.

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