SÍNDROME DE ASPERGER
En 1944, Hans Asperger, un pediatra austriaco, publicó un artículo en una revista alemana de psiquiatría, donde describía a un grupo de niños con características similares y muy peculiares que él no había visto antes. Actualmente este síndrome se conoce con el nombre de síndrome de Asperger y se encuentra dentro de los trastornos generalizados del desarrollo.
Por tanto, el síndrome de Asperger es un trastorno del desarrollo, de base neurobiológica, que afecta al funcionamiento social y al espectro de actividades e intereses. Por explicarlo de un modo más sencillo; los niños Asperger tienen dificultad a la hora de hacer amigos, para comprender las normas de conducta; presentan intereses muy específicos y son muy literales en sus interpretaciones.
Los casos más leves, probablemente puedan pasar desapercibidos y en casos más graves se hace necesaria la educación especial. Hay que resaltar que no hay casos incapacitantes, a no ser que el niño o niña tengan la mala fortuna de toparse con un ambiente poco comprensivo o estimulante.
Como dato curioso, científicos como Albert Eintein o Charles Darwin, fueron diagnosticados con este síndrome.
CARACTERISTICAS BÁSICAS
Las personas con síndrome de Asperger tienen una inteligencia normal o en ocasiones superior a la media y la memoria suele estar muy desarrollada. Para que nos hagamos una idea, hay niños con apenas tres o cuatro años capaces de memorizar guiones de películas.
Aunque entre unos niños y otros podamos encontrar muchas diferencias, normalmente comparten tres características comunes;
– Intereses o aficiones que pueden llegar a ser obsesivas; con respecto a esto, se ha comprobado que la mayoría de estos niños tienen un interés obsesivo en áreas como las matemáticas, ciertos aspectos de la ciencia, la lectura o ciertos aspectos de la historia y la geografía. Por entenderlo mejor, cuando un tema les interesa quieren aprender todo lo posible sobre ese tema y tienden a hablar de él insistentemente en conversaciones o juegos.
– Dificultades para relacionarse con los demás; las personas con Asperger no son muy hábiles en las situaciones sociales. Suelen percibirse como personas que viven en su propio mundo. Aunque hay que aclarar que esto no implica que no sean conscientes de su limitación en el área social. Es más, al contrario de lo que ocurre con los niños con autismo, muchos niños Asperger desean tener amigos y encajar en el entorno, por lo que, su problema no está tanto en la falta de interacción como en la falta de eficacia en las interacciones.
– Problemas para comunicarse verbal y no verbalmente; a lo largo de la historia, se hace referencia a estas personas como “ciegos mentales” debido a su incapacidad para leer el lenguaje corporal, los gestos, las posturas que desvelan dobles intenciones, el estado de ánimo de los demás e incluso las bromas. Puede ocurrir que un rostro o una mirada no les aporten ningún tipo de información por eso no suelen mirar a los ojos a la persona con la que conversan, lo cual hace más complicada la comunicación. También hay que destacar que en ocasiones su voz es distinta, sobre todo en tono y el volumen que emplean al hablar.
ESCUELA Y SÍNDROME DE ASPERGER
Antes de nada aclarar que los niños Asperger pueden realizar su escolarización en un aula ordinaria. Es más, diferentes expertos han señalado que habría que educar mas a los niños sin ningún tipo de dificultad, prestando especial atención al respeto y la igualdad. Ya que la mayoría de los problemas con las que se encuentran estos niños y otros con otras dificultades, es el rechazo por ser algo diferente.
Si analizamos la escolarización por etapas, nos encontramos que;
– En educación infantil (3 o 4 años) se observan los primeros síntomas, aunque lo más normal es que los niños pasen por la escuela infantil sin que nadie los diagnostique. Las primeras dificultades aparecen en esta etapa con problemas de comportamiento (hiperactividad, falta de atención, agresión, rabietas…)
• Tienden a evitar la interacción social
• Tienen problemas para mantener conversaciones simples o tienden a ser repetitivos y perseverantes cuando hablan.
• Dan respuestas raras
• Prefieren las rutinas. No les gustan los cambios
• Tienen dificultades para regular las respuestas sociales y emocionales y
• Tienden a interesarse de forma exagerada en objetos o temas concretos.
– En educación primaria, se observan notables mejorías en la interacción social en algunos de estos niños, no en todos. Se observan casos en los que la interacción social aumenta, pero sigue siendo escasa y superficial. Es una etapa en la que los tutores ya notan el tema de interés preferido por el niño o niña, que puede ser tanto una materia del curso o elementos ajenos. Al igual que observamos mejorías en algunos niños, hay que decir, que también esta es una etapa en la que pueden aparecer problemas intratables, pero todo ello depende del nivel de inteligencia, la estimulación que reciba el niño, la presencia o no de factores que lo compliquen, como podrían ser ansiedad, falta de atención, etc.
– En educación secundaria, se encuentran las mayores dificultades, ya que es la etapa donde encontramos menor tolerancia a las diferencias. Es frecuente que aparezcan problemas de conducta y se atribuyan erróneamente a las características del niño, pasando por alto que pueda tener problemas de otro tipo con alumnos o incluso profesores. Se pueden observar conductas de aislamiento aunque algunos niños, al presentar altas calificaciones, se integran en grupos de personas con alto nivel académico.
EL SÍNDROME DE ASPERGER EN ADULTOS
Existe un gran número de casos de personas que han sido diagnosticadas en edad adulta. Son personas que presentan problemas poco evidentes en la interacción social, o al ser adultos, son tomados como maniáticos, raros o excéntricos y no se considera que su manera de actuar se deba a una dificultad. Estas personas no consideran que padezcan un síndrome ya que han podido realizar su vida de una manera similar a otras personas sin el síndrome, es decir, son personas que han podido casarse, tener hijos, trabajar… Son personas que piensan como Vernon Smith, premio Nobel de economía en el año 2002 y diagnosticado de Asperger, que un día dijo que ciertas deficiencias mentales pueden tener ventajas selectivas para realizar cierto tipo de actividades.
CÓMO PODEMOS AYUDAR A LOS NIÑOS CON SÍNDROME DE ASPERGER
Bueno, pues lo primero y más importante, es ponerse en contacto con centros especializados en este tipo de trastorno. Desde ellos se ofrecen multitud de servicios y actividades para la mejora del niño.
Desde casa, podemos ayudarles en múltiples aspectos. Desde fomentar su autonomía personal hasta enseñarles a que sus relaciones sociales sean más favorables. Debemos potenciar que se relacionen con otros niños, que tengan un patrón de juego correcto, que aprendan normas sociales. También desde casa, podemos trabajar en un aspecto muy importante como son las rutinas, ya hemos dicho que los niños con este síndrome se sienten frustrados ante el cambio de rutina, pues desde casa podemos ayudarles anticipándoles esos cambios y acostumbrándolos a ellos.
En resumen, poniendo todos los medios para que reciban una estimulación adecuada, mucho cariño y sobre todo autonomía.
Aquí os dejamos el audio de este último programa: Por María Isabel Jiménez y María Peña de Psicología Metamorfosis. LVTradio.